Todos en un punto de nuestra vida hemos escuchado hablar de estrés y lo malo que puede ser para nuestra salud, e incluso nos hemos visto expuestos a situaciones que consideramos estresantes ya sea en nuestra vida personal o ámbito laboral.
Un estudio realizado por Cigna en agosto del 2020 llamado ‘COVID-19 Global Impact’ reveló que 8 de cada 10 personas en el mundo reconocían estar estresadas, si bien es cierto que su aparición y desarrollo en algunos casos se debe a factores sociales, personales o financieros, en el caso de los trabajadores la precisión e inmediatez por parte de las empresas a la hora de realizar sus tareas ha ido aumentando, llevándolos a tener jornadas laborales mucho más largas y mayor presión a la hora de entregar resultados de su trabajo.
Es necesario tener presente que hay pensamientos que desencadenan sensaciones negativas como enojo, ira o frustaciòn e incluso, estas emociones pueden llegar a sentirse como una amenaza que provoca en nuestro cuerpo reacciones fìsicas de alerta, las cuales se terminan convirtiendo en estrés.
¿Qué es estrés y cómo se desarrolla ?
Segùn la Organizaciòn Mundial de la Salud (OMS) cuando hablamos de estrés, hacemos referencia a un conjunto de reacciones fisiologìcas, las cuales preparan a nuestro organismo para la acciòn. En pocas palabras, es la respuesta de nuestro cuerpo ante situaciones que pueden llegar a resultar amenazantes o de las cuales nos podamos llegar a sentir muy preocupados.
Es necesario tener claro que el estrés no aparece ni se desarrolla de la misma manera en todos los individuos, lo que algunos consideran hechos que les generan altos niveles de estrés, para otros son cosas que no representan mayor importancia y por eso se les facilita su manejo y solución. Hay situaciones que pueden acelerar la aparición del estrés como lo son: discusiones familiares, problemas en el trabajo, dificultad para relacionarse con otros, problemas económicos, enfermedades, violencia familiar, entre otras.
En algunos casos el manejo adecuado del estrés depende de su tiempo de duración, es clave saber que cuando este se desarrolla nos podemos encontrar con dos tipos de estrés. Está el estrés de corto plazo, el cual desaparece de manera rápida y suele presentarse cuando nos enfrentamos a situaciones que nos producen susto o una emoción nueva y el estrés prolongado, que nos mantiene en alerta todo el tiempo incluso, cuando no nos vemos enfrentados a hechos que representen algún tipo de riesgo para nosotros.
¿En qué momento el estrés es bueno?
Ya tenemos claro que el estrés es algo que está presente en nuestra vida diaria, pero este en ocasiones no es tan malo como nos hacen creer, de hecho, puede llegar a ser algo necesario.
Según el National Institute of Mental Health (NIH) el estrés que se presenta como respuesta física ante la presencia de peligro, es un indicativo que le avisa al cuerpo que debe prepararse para afrontar una situación de amenaza o que pueda huir a un espacio seguro. Cuando nos enfrentamos a esto podemos presentar una aceleración en nuestro pulso, los músculos se tensionan, hay aceleración en la respiración, el cerebro consume más oxígeno y aumenta la actividad, aquello que conocemos como situaciones de supervivencia, son sólo el resultado de estar expuestos al estrés.
Pero también en momentos en los que nuestra vida no corre ningùn tipo de riesgo, el estrés nos puede servir como fuente de motivación, por ejemplo cuando se va a presentar alguna prueba importante o vamos a ingresar a un nuevo trabajo.
¿Qué pasa si no manejo de forma correcta el estrés?
Como cualquier patología el mal manejo del estrés nos puede llevar a sufrir de dolencias físicas como; dolores de cabeza, malestar estomacal, falta de hambre, sensación de nudo en la garganta, tensión muscular, dolor en el pecho, dolor de espalda y dolores en el cuello y hombros. Pero hay casos en los cuales las personas debido al estrés pueden presentar erupciones en la piel, infecciones, dolencias o problemas intestinales.
¿Cómo manejar el estrés?
Hay algunas cosas que pueden poner en práctica para el adecuado manejo del estrés como:
Hacer ejercicio de manera regular.
Practicar ejercicios de relajación.
Establecer objetivos y prioridades.
Tomar pequeños descansos durante el día.
Aprender técnicas de autocontrol.
Alimentarnos de manera adecuada.
Prestar atención a nuestras emociones.
Buscar ayuda de un profesional en el tema.
Psicoterapia.
Terapia con Quantec Pro.
Si está sintiendo alguno de los síntomas ocasionados por el Estrés y considera que necesita ayuda, no dude en contactarnos.
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