La mayoría de personas en algún punto de su vida han soñado con alcanzar el éxito, pero esta meta es subjetiva para cada uno. Algunos consideran éxito tener a su lado a la persona con la que siempre han soñado, otros por el contrario lo relacionan con obtener mayor reconocimiento a nivel social, también hay quienes creen que el éxito está enfocado en su puesto de trabajo o profesión y están quienes lo relacionan con el dinero.
Durante un tiempo el éxito de una persona estuvo determinado por los puntajes obtenidos en los test de Cociente Intelectual (IQ), los cuales por medio de una serie de pruebas realiza una comparación entre individuos de la misma edad, con relación a aspectos concretos o la inteligencia de manera general, dependiendo de los resultados arrojados se podía llegar a determinar el potencial de una persona y si esta iba a tener éxito en su vida, pero las cosas han cambiado.
Si bien es cierto que dentro de las organizaciones contar con una persona que posea gran conocimiento y experiencia en su campo de trabajo es una ficha clave tanto para la empresa como para sus compañeros. Actualmente el saber no asegura el éxito, pues las compañías están en la búsqueda de profesionales empáticos, que cuenten con alta capacidad de adaptación y resolución de problemas, en pocas palabras, individuos con inteligencia emocional.
¿Qué es la inteligencia emocional?
Daniel Goleman autor del libro Inteligencia Emocional la define cómo; “una forma de interactuar con el mundo que tiene en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía y la agilidad mental.”
Es decir, esta es la capacidad que tenemos los seres humanos para interactuar de manera efectiva y asertiva con otros y con nosotros mismos. Esta habilidad nos permite sentir, entender, saber escuchar, controlar y modificar nuestro estado de ánimo, reconociendo así nuestras propias emociones siendo capaces de automotivarnos y frenar aquellos impulsos que pueden traer consigo consecuencias negativas.
¿Qué aspectos forman parte de la inteligencia emocional?
La autogestión de nuestras emociones puede ser la clave del éxito, pues el adecuado manejo de estas nos permite tomar decisiones más acertadas en momentos de crisis; en el desarrollo práctico de la inteligencia emocional se encuentran en cinco categorías que son: autocontrol, empatía, trabajo en equipo, manejo de conflictos, relaciones interpersonales y resolución de problemas.
Autocontrol: Esta habilidad permite controlar y regular de manera adecuada nuestras emociones, pensamientos, acciones y deseos, para que estos no interfieran de manera negativa, en nuestro proceso de crecimiento de desarrollo personal y laboral.
Empatía: Es la capacidad de escuchar y comprender la situación por la que puede estar atravesando otra persona sin prejuicios, siendo respetuosos con su sentir y mostrando interés genuino por lo que le puede estar ocurriendo.
Trabajo en equipo: Es la habilidad con la que cuenta un grupo de personas, para trabajar de manera coordinada en la ejecución de un proyecto.
Manejo de conflictos: Es un conjunto de estrategias y actividades que busca evitar que las tensiones presentadas dentro del equipo de trabajo escalen, para así lograr cambiar las relaciones de confrontación por relaciones de colaboración y confianza, para que haya una convivencia pacífica, justa y equitativa.
Relaciones Interpersonales: El desarrollo adecuado de nuestras habilidades comunicativas y de socialización, que nos permite crecer como personas y mejorar nuestra relación con otros, construyendo así lazos mucho más fuertes con los demás para nutrirnos de sus experiencias.
Solución de Problemas: La resolución de problemas no solo nos permite entender de manera adecuada lo que está sucediendo, si no que a su vez nos impulsa para conocer nuestra creatividad e ingenio, en el momento que nos vemos enfrentados a esta situación.
¿Por qué es importante la inteligencia emocional para las organizaciones?
Para las organizaciones es importante contar con líderes y colaboradores capaces de gestionar sus emociones de manera adecuada, los cuales además de crear una buena relación con sus compañeros y clientes, los hagan sentir motivados y confiados a la hora de desarrollar sus actividades.
Es claro que las habilidades emocionales son un gran complemento de las aptitudes técnicas de los trabajadores, esta combinación permite que la empresa sea exitosa, ya que dentro del espacio de trabajo se crea un mejor ambiente laboral, con mejor capacidad de negociación, de liderazgo, equipos de trabajo competentes que saben resolver de manera adecuada los conflictos, que cuentan con mejor capacidad comunicativa, y esto al final termina generando mayor productividad y rentabilidad para la compañía.
Beneficios de la Inteligencia Emocional para las personas.
Un colaborador o individuo que desarrolla su inteligencia emocional se convierte en una persona con un alto nivel de empatía, que sabe controlar adecuadamente sus emociones y las de los demás para que estas no los afecten, por otro lado, es claro y certero a la hora de tomar decisiones.
En cuanto a sus relaciones personales es coherente y responsable, es independiente y cuenta con la fortaleza mental necesaria para afrontar cualquier altibajo, su actitud ayuda a mejorar el trabajo en equipo ya que las personas suelen sentirse cómodas trabajando a su lado, cuenta con un mayo nivel de motivación para ayudarse y ayudar a otros y es un gran líder.
Para concluir, es indispensable tener claro que ya sea de manera consciente o inconsciente, nuestras emociones pueden llegar a influir de manera trascendental en las decisiones y acciones que emprendemos día a día. Por eso es importante aprender a conocernos, conocer nuestro entorno laboral y nuestras emociones, para obtener mayores y mejores resultados.
Si tiene interés en desarrollar de manera adecuada su inteligencia emocional y la de sus colaboradores, no dude en contactarnos. Contamos con talleres teórico prácticos para desarrollar la inteligencia emocional.
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